Sunday, March 04, 2007

La continuidad de la memoria.


Hoy he despertado con sangre en las manos, ceniza en los pies y sangre seca en las uñas, la sangre en mis senos no me pertenece, es un sabor raro muy distinto de cuando me sangra la nariz, me he convertido en alguien que no era. ¿Cómo sé lo que seré mañana?

Definitivamente no me reconozco, he estado los zapatos de alguien más, he perseguido a mi otro yo por los pasillos de la casa, al verme despertar en los brazos de alguien más ni siquiera sé si necesitan más de mi. ¿Quién era ella/él? No importa, de pronto ha muerto.

Este cuerpo era mío en otro tiempo y ahora es sólo un cadáver descomponiéndose a cada instante, aquí me tratan bien pero con displicencia. Es que no notan mis alas, por eso no saben si temerme o adorarme, mis ojos pueden ver el futuro sin abrirse siquiera, he dejado los gustos por los placeres mundanos, y mientras tanto aunque sé que no tengo remedio, nadie puede interferir con mis planes no ahora.

Basta de engaños, que digan ahora que creen que estoy dañado, aunque no me conozcan en lo absoluto, me marcan límites que ellos mismos no usan más que para subyugar a los demás. Soy el reflejo de mi misma persona, sin reconocerme un día más, sin sentimiento alguno, sin otra cosa que me recuerde que mi nombre, y por cierto, al día de hoy lo he olvidado por completo, no puedo saber si soy la persona que ayer era, ni si seguiré siendo como algún día fuí, simplemente no lo recuerdo ahora.

He vuelto a despertar, estaba dormido soñando que despertaba y era alguien más que era ella, he caminado un largo trecho y ahora frente al espejo sé que soy el mismo... Ese que no era yo, ese que se llamba diferente y he matado y tragado y en él me he convertido, va saliendo por cada uno de mis poros, me estoy transformando en un ser distinto. Lejos del sueño y la vigilia me he dado tarde cuenta de lo absurdo que es todo, nadie sabe cómo es salvo por lo que los demás le dicen a uno, de uno mismo y de cómo es.

Brillan las luces nocturnas que iluminan mis caminatas oscuras, entre las sombras donde me oculto, ha llegado ella a mi encuentro, ha vuelto por todo lo que me dió de buena gana y así será como se lo lleve, porque cuando me vea no reconocerá al que antes amara, porque no soy mas él, porque nadie me esperaba, y gracias a ello he podido sobrevivir, y emerger.

No sé qué estaba haciendo, me miro sorpendido reflejado este rostro desconocido en un charco de agua lodosa, ha estado lloviendo largo rato y apenas me vengo a enterar, eso ha sido todo, ya sé dónde me encuentro, sólo debo despertar me estan gritando, porque así no es cierto todo, porque debo caminar y seguirme buscando. Mañana si tengo un poco de continuidad, definitivamente recordaré algo de como soy hoy, y ya no me tomo las Topamax
...

Tras las letras que escapan.


Me pasa últimamente que se escapan de mi alcance, las letras que antes revolotearan en derredor esperando las atrapase y plasmara desde el interior, de algún sentimiento que para salir necesitara palabras. No dejo de pensarlo y me estoy guardando de mucho, a reserva de arrepentirme de lo contrario, supongo es lo que pasa.

Mientras despierto frustrado de haber caído en los fosos que yo mismo construí, me retracto de mil cosas de las que sólo yo sé, hube creado los estigmas, y me entretengo mientras llega el punto de ocuparme de algunas cosas más serias que tienen que ver con el cómo me mantengo a flote lejos de dar con las letras que se me escapan.

Doy pasos por acto reflejo, y es esa imagen que ahora tengo de mí, la que no me permite seguir cual filósofo de antes, divagando entre los aromas de una tela dormida en mis manos, o un espacio invadido por mis ansias de encontrarle el aroma perdido a un pétalo dormido o a un suspiro arrancado de sorpresa, ni modos.

Más allá de la eternidad que no alcanzo a comprender del todo, despierto con un desgano literario falto de iniciativa inspiradora de esa que antes diera luz a las imágenes más difusas, y me reprendo a mí mismo por haber permitido que esto me pasara, no soy el mismo de antes que de cualquier tonada sacara algún poema, y me limito a seguir caminando al mismo ritmo, sin fe irrisoria de que todo de pronto termine.

Sólo espero, solo espero a que mañana todo se haya desvanecido, que se vea como un espejismo distante donde deje de ser solamente el espectador ajeno que nada puede sacar de sus adentros, dándome de nuevo la posibilidad de tejer sueños con una mano, mientras sostengo algo de ilusión desgarrada con la otra; porque a reserva de que pase algo distinto, esperaré mientras tanto perdido en mi propio laberinto.